La Bienal de Biotecnología de Hannover

Escena 1:

(Bullicio.  Mucha luz.  Paseantes.  A lo lejos se oyen de cuando en cuando gangosos altavoces.  El suelo está muy pulido, pero los paseantes no resbalan, tal vez porque caminan lentamente.  Paneles multicolores.  Stands.  Aparece en escena un HOMBRE.  Camina con expresión feliz y curiosa, al mismo tiempo.  Se dirige ora a un stand, ora a otro, como si buscara algo.  De pronto se para en seco, señala al frente y como si siguiera un camino trazado por su propio dedo, se encamina con pasos firmes y seguros a un pequeño stand decorado con una gran letra i, en el cual se ve, tras un estrecho mostrador, a una sonriente AZAFATA).

HOMBRE: Aquí es información, ¿verdad?

AZAFATA: Sí, señor, ¿en qué puedo ayudarle?

HOMBRE: Verá, señorita, acabo de llegar y le agradecería que me contara a grandes rasgos cómo está organizada la feria.

AZAFATA: Con mucho gusto, señor (desaparece tras una cortinilla y aparece al poco tiempo con varios catálogos).  La Bienal de Biotecnología de Hannover celebra este año su décima edición (abre un folleto sobre el mostrador, de manera que el HOMBRE pueda leerlo y va pasando las hojas deslizando su dedo índice sobre algunos gráficos y textos).  Contamos con varios patrocinadores institucionalizados y privados y estamos organizados en diversas áreas, que le animo a visitar.  Nuestra actual edición se centra en cuatro grandes bloques temáticos (a medida que los nombra entrega sendos folletos al HOMBRE): Ingeniería Alimentaria, en la zona D1, Prótesis, en la D2, Bioarte, en la D3 y Bioguerra, en la D4.  En cada una de ellas encontrará Ud stands de fabricantes y distribuidores y puestos de información.

HOMBRE: Muchas gracias, señorita

(El HOMBRE se marcha, con decisión y se acerca a una zona presidida por una pancarta que reza D1. Otea por encima de varios stands y al final se detiene ante uno de ellos).

COMERCIAL Nº 1: ¿En qué puedo servirle, caballero?

HOMBRE: Estaba mirando un poquito qué tienen Uds.

COMERCIAL Nº 1 (con entusiasmo de vendedor y de carrerilla): Tenemos de todo en el campo de la Biotecnología de la Alimentación, somos una compañía líder en el sector, nuestros productos han recibido premios en todas las ediciones de la feria y podemos ofrecerle innovaciones de gran interés en los diversos bloques de nuestra actividad empresarial.

HOMBRE (gratamente sorprendido): Qué bien, ¿no?

COMERCIAL Nº 1: No le voy a aburrir con nuestros productos transgénicos, líderes en el mercado... Seguro que hoy se ha desayunado con nuestros cereales o nuestro café, o con leche producida por nuestras vacas.  Y le considero conocedor de que su ropa interior de algodón procede de plantas genetically engineered por nuestra compañía.

HOMBRE (sonrojado): Lo desconocía...

COMERCIAL Nº 1 (como dando la lección): El 98% de la ropa interior, según las estadísticas más recientes, es de algodón, y de ella, un 93·7% procede de plantas genetically engineered, de las cuales nuestra compañía produce el 95% del total.  Quiero decirle que salvo que Ud sea una persona con hábitos indumentarios peculiares y casi perversos hay una elevadísima probabilidad de que Ud ya sea cliente de nuestra firma.

HOMBRE (azorado): Ah... pues... sí... si me lo dice Ud así...

COMERCIAL Nº 1 (retomando su discurso): Nuestras innovaciones para esta feria se centran en dos campos fundamentales: el producto cárnico altruist consumer friendly y los reguladores demográficos.  ¿Desea que se los comente?

HOMBRE: Se lo agradeceré mucho.

COMERCIAL Nº 1 (extrae un folleto de un compartimento bajo el mostrador): La objeción más habituales a la toma de carne no es de índole biológico, sino ético, ¿lo sabía Ud? (muestra un diagrama de barras en el que destaca muy poderosamente una barra amarilla frente a dos mucho más chaparras, de color azul y rojo).  El consumidor no rechaza la carne porque considere inadecuado incorporar aminoácidos de especies animales diferentes, sino porque le da pena –y le provoca conflictos morales- que el proceso en sí entraña la desaparición del animal -esto es: su muerte-, habitualmente por procedimientos más o menos violentos y en absoluto naturales, como demuestra esta gráfica (se le enseña) en la que puede ver que el 99·7% de los animales cuya carne sirve al consumo humano fallecen por causas no naturales, precipitadas por actividades humanas artesanales o industriales.

HOMBRE (Con aire reflexivo): Sí, claro.

COMERCIAL Nº 1: Por este motivo, precisamente, nuestra empresa ha creado mediante técnicas de ingeniería genética Especies de Muerte Programada con Conservación Adecuada del Material Proteico, lo que llamamos EMPCAMP.

HOMBRE: ¿EMPCAMP?

COMERCIAL Nº 1: Efectivamente.  Por ejemplo, un cerdo EMPCAMP.  Nuestra empresa le surte a Ud de cerdos EMPCAMP, con una duración de vida limitada y programada de unos años, tras los cuales el cerdo fallece de manera súbita y sin dolor y puede ser comido sin reparos morales.  Todos los cerdos EMPCAMP mueren tras un mismo tiempo de vida.  Y lo mismo sucede con las vacas EMPCAMP, las ovejas EMPCAMP, los pollos y pavos EMPCAMP, los avestruces EMPCAMP, los peces de piscifactoría EMPCAMP.  Todos ellos se mueren solos y entonces se los puede comer Ud, y no tiene que hacerlo inmediatamente porque el material proteico se conserva un tiempo tras el óbito.  Nuestro slogan es muy claro: “Come sin matar”.

HOMBRE: Muy interesante.

COMERCIAL Nº 1 (Le ofrece una bandeja con tacos de jamón): Aquí tiene un material EMPCAMP (El HOMBRE coge un taco, lo degusta y hace al COMERCIAL Nº 1 un gesto de gran satisfacción gustativa), que se acompaña de (se los muestra) un certificado oficial veterinario de defunción que le garantiza que el animal murió plácidamente y de manera natural, y otro de calidad de vida en el tiempo en que hozó y engordó en este Valle de Lágrimas.

HOMBRE: ¿Y tienen Uds otros productos?

COMERCIAL Nº 1: Le adelantaré algunas novedades a corto plazo.  Por ejemplo, la selección natural alimentaria.  Sabe Ud que cada cierto tiempo hay problemas sanitarios derivados de la ingesta de alimentos inapropiados o en mal estado, ¿no?

HOMBRE (Confuso): Sí, creo que sí.

COMERCIAL Nº 1: Pues bien: nos proponemos que estos productos en mal estado estén programados para que afecten únicamente a individuos insanos... quiero decir... con problemas... ya me entiende Ud... que no caigan los mejores ejemplares de la raza humana, sino los enfermos, los que no valen tanto...

HOMBRE (Cándido): ¿Y eso se puede hacer?

COMERCIAL Nº 1: Amigo mío, TODO se puede hacer... Está Ud en la Bienal de Biotecnología de Hannover.

            (Parece que el HOMBRE va a decir algo, pero le interrumpe la llegada de un OPERARIO EN MONO AZUL que da vueltas a su alrededor, mirándole de arriba abajo y de abajo arriba, finalmente se para ante él, en seco)

OPERARIO EN MONO AZUL: Sí, es aquí, tiene que ser aquí (con un brusco movimiento recoge la manga izquierda del jersey del HOMBRE). Efectivamente (Mira su reloj).  Ha terminado el periodo de alquiler.  ¿Piensa renovarlo?

HOMBRE (desconcertado): ¿Renovar qué?

OPERARIO EN MONO AZUL: El periodo de alquiler (el HOMBRE le mira desconcertado).  Bueno, será mejor que me acompañe.

            (El HOMBRE, sumiso, hace un gesto de despedida al COMERCIAL Nº 1 y se dirige hacia la salida con el OPERARIO EN MONO AZUL.  Salen).

ESCENA 2.

(Bullicio.  Mucha luz.  Paseantes.  A lo lejos se oyen de cuando en cuando gangosos altavoces.  El suelo está muy pulido, pero los paseantes no resbalan, tal vez porque caminan lentamente.  Paneles multicolores.  Stands.  Aparece en escena un HOMBRE SIN BRAZOS.  Camina con expresión feliz y curiosa, al mismo tiempo.  Se dirige ora a un stand, ora a otro, como si buscara algo.  De pronto se para en seco, mira al frente con expresión decidida y se encamina con pasos firmes y seguros a un pequeño stand decorado con una gran letra i, en el cual se ve, tras un estrecho mostrador, a una sonriente AZAFATA).

HOMBRE SIN BRAZOS: Aquí es información, ¿verdad?

AZAFATA: Sí, señor, ¿en qué puedo ayudarle?

HOMBRE SIN BRAZOS: Verá, señorita, esto es la Bienal de Biotecnología de Hannover, ¿no?

AZAFATA: Efectivamente, señor.  ¿En qué puedo servirle?

HOMBRE SIN BRAZOS (Sonriente): Verá, estoy muy sorprendido con toda esa gente... ¡ah, Ud también! (se ríe)... todos Uds llevan unas prolongaciones muy extrañas  que les salen de debajo de la cabeza y las mueven al andar... Jajaja... qué tontería... ¿Es un producto que se presenta en la Bienal?

AZAFATA (impasible):  Se llaman brazos...

HOMBRE SIN BRAZOS (Entre carcajadas): ¡Bra-zos!  ¡Qué inventos!  Mire ese niño de ahí cómo apunta con su bra-zo.

NIÑO (señalando al HOMBRE SIN BRAZOS): Papá, ese señor no tiene brazos.

PADRE: Sssst!

AZAFATA: Tal vez le interese visitar la zona D2, prótesis, donde encontrará todo tipo de recambios.

HOMBRE SIN BRAZOS (entre carcajadas): Lo haré, lo haré.

            (El HOMBRE SIN BRAZOS camina lentamente y llega a una zona presidida por una pancarta que reza D2. Otea por encima de varios stands y al final se detiene ante uno de ellos).

COMERCIAL Nº 2: ¿En qué puedo servirle, caballero?

HOMBRE SIN BRAZOS: Estaba mirando un poquito qué tienen Uds.

COMERCIAL Nº 2 (con entusiasmo de vendedor y de carrerilla): Somos Humanics Inc, y tenemos de todo en el campo de la Biotecnología Protésica, somos una compañía líder en el sector, nuestros productos han recibido premios en todas las ediciones de la feria y podemos ofrecerle innovaciones de gran interés en los diversos bloques de nuestra actividad empresarial.

HOMBRE SIN BRAZOS: Estupendo.

COMERCIAL Nº 2: Hemos desterrado por completo la prótesis inanimada.  Todo lo que tenemos es proteico. 

HOMBRE SIN BRAZOS: ¿Tienen bra-zos?

COMERCIAL Nº 2: De todos los tamaños y colores.  Este año se llevan los brazos morenos, no muy caídos.  Los brazos que llegan hasta el tercio inferior del fémur ya no se llevan.  Están totalmente off.  ¿Quiere probarse unos?  Puede pasar a nuestros quirófanos probadores, donde nuestro cirujano le colocará un par de brazos en un santiamén.  Si quiere puede llevarse dos pares, para ver cómo le quedan... (Trastea en un compartimento del stand, moviendo brazos, saca algunos, mira al HOMBRE SIN BRAZOS, como calculando qué tal le quedarán los brazos que va revisando) Con el color de su pelo irán mejor los brazos de piel color canela... Este año se llevan mucho... Y con la complexión que tiene... Hummmm... Semiatlético... Yo creo que más de un bíceps 52 le quedará muy desproporcionado... Y con un antebrazo de más del 50 parecerá Popeye... Podemos, de todos modos, colocar un brazo de un tamaño y un antebrazo de otro... casi mejor hable con nuestro cirujano... las piel de tono distinto en antebrazo y brazo ya no se lleva, es muy hortera... Y...

HOMBRE SIN BRAZOS: ¿Sólo tienen brazos?

COMERCIAL Nº 2 (ofendido): ¡Hombre de Dios!  ¡Tenemos todo tipo de prótesis?  Piernas, brazos, ojos... con la ropa que se ha puesto le sentarían mejor unos ojos verdes, y algo más grandes que los que lleva... Hacemos también vísceras... Este año se llevan mucho los hígados trilobulados... Un esnobismo como otro cualquiera, en mi opinión... Y si va Ud a ciertos ambientes no hay nadie que lleve menos de tres pulmones...

HOMBRE SIN BRAZOS (Aturdido): ¿Y disponen Uds de todo ese género aquí?

COMERCIAL Nº 2 (condescendiente): ¡Naturalmente, hombre de Dios!  Lo que sucede es que hemos traído pocos hígados... Con la talla de Ud... que será una 44... no sé si tenemos algo... Puede pasar al quirófano probador y ver qué tal le queda, pero seguramente le caerá un poco largo en ese abdomen... Y hace feísimo llevar una protusión... además que a veces duele un poco al toser... Tendría que ver Ud lo que hace... Puede esperar a que lleguen existencias o dejar el hígado para que se lo retoquen... Igual frunciendo el borde inferior... pero no le prometo nada, seguramente lo mejor sería que esperase a que lleguen nuevas existencias.  Además vamos a hacer cambio de catálogo; seguramente encontrará modelos nuevos, más modernos y a la moda, y siempre puede comprar un resto de temporada a un precio más favorable...

            (Parece que el HOMBRE SIN BRAZOS va a decir algo, pero le interrumpe la llegada de un OPERARIO EN MONO AZUL que da vueltas a su alrededor, mirándole de arriba abajo y de abajo arriba, finalmente se para ante él, en seco)

OPERARIO EN MONO AZUL: Sí, es aquí, tiene que ser aquí (con un brusco movimiento recoge la pernera izquierda del pantalón del HOMBRE SIN BRAZOS). Efectivamente (Mira su reloj).  Ha terminado el periodo de alquiler.  ¿Piensa renovarlo?

HOMBRE SIN BRAZOS (desconcertado): ¿Renovar qué?

OPERARIO EN MONO AZUL: El periodo de alquiler (el HOMBRE SIN BRAZOS le mira desconcertado).  Bueno, será mejor que me acompañe.

            (El HOMBRE SIN BRAZOS, sumiso, hace un gesto de despedida al COMERCIAL Nº 2 y se dirige hacia la salida con el OPERARIO EN MONO AZUL.  Salen).

 

ESCENA 3.

(Bullicio.  Mucha luz.  Paseantes.  A lo lejos se oyen de cuando en cuando gangosos altavoces.  El suelo está muy pulido, pero los paseantes no resbalan, tal vez porque caminan lentamente.  Paneles multicolores.  Stands.  Aparece en escena un HOMBRE SIN BRAZOS NI PIERNAS.  Se desliza sobre un carrito con expresión feliz y curiosa, al mismo tiempo.  Se dirige ora a un stand, ora a otro, como si buscara algo.  De pronto se para en seco, mira al frente y se desplaza firme y seguro hasta un pequeño stand decorado con una gran letra i, en el cual se ve, tras un estrecho mostrador, a una sonriente AZAFATA).

HOMBRE SIN BRAZOS NI PIERNAS: Aquí es información, ¿verdad?

AZAFATA: Sí, señor, ¿en qué puedo ayudarle?

HOMBRE SIN BRAZOS NI PIERNAS: Verá, señorita, estamos en la Bienal de Biotecnología de Hannover, ¿no?

AZAFATA: Efectivamente, señor.  ¿En qué puedo servirle?

HOMBRE SIN BRAZOS NI PIERNAS (Sonriente): Verá, estoy muy sorprendido con toda esa gente... ¡ah, Ud también! (se ríe)... todos Uds llevan unas prolongaciones muy extrañas  que les hacen parecer artópodos y las usan para desplazarse o para coger cosas... Jajaja... qué tontería... ¿Es un producto que se presenta en la Bienal?

AZAFATA (impasible):  Se llaman brazos y piernas, pero a veces las llamamos extremidades...

HOMBRE SIN BRAZOS NI PIERNAS (Entre carcajadas): ¡Extre-mi-da-des!  ¡Qué tontería!  Mire ese niño de ahí cómo mueve sus ex-tre-mi-da-des.

NIÑO (señalando al HOMBRE SIN BRAZOS NI PIERNAS): Papá, ese señor no tiene brazos ni piernas.

PADRE: Sssst!

HOMBRE SIN BRAZOS NI PIERNAS: Realmente esto es muy divertido, muy divertido

            (El HOMBRE SIN BRAZOS NI PIERNAS se dirige hacia una zona presidida por una gran pancarta que reza D3. Mira a distancia varios stands y al final se detiene ante uno de ellos).

COMERCIAL Nº 3: ¿En qué puedo servirle, caballero?

HOMBRE SIN BRAZOS NI PIERNAS: Estaba mirando un poquito qué tienen Uds.

COMERCIAL Nº 3 (con entusiasmo de vendedor y de carrerilla): Ha elegido Ud la mejor galería de Bioarte de la Bienal.  Podemos ofrecerle obras de los autores más renombrados, así como un interesante sistema de pago, porque, obviamente, no todo el mundo puede permitirse un Bracante.

HOMBRE SIN BRAZOS NI PIERNAS (desconcertado): No, no, desde luego

COMERCIAL Nº 3: Nosotros, precisamente, trabajamos con Bracante desde sus comienzos.  Hemos sido sus marchantes desde el periodo Gris, pero, ¿quién encuentra ahora un Bracante gris en el mercado?  Sus principales trabajos están en el Ermitage, como sabe... Mire, precisamente ahí (señala un póster el fondo del stand) tiene la Lechuga Fasciculada, seguramente la obra más representativa del periodo gris.  ¿Y dónde está?  ¡En el Ermitage, naturalmente!

HOMBRE SIN BRAZOS NI PIERNAS (siguiendo la corriente): Claro, claro.

COMERCIAL Nº 3: Allí la tienen, en su tiesto, expuesta... Y créame, pasó por nuestras manos, como la Salmonella Fluorescens, la obra más renombrada de su periodo Naranja...

HOMBRE SIN BRAZOS NI PIERNAS (queriendo quedar bien): También en el Ermitage, ¿no?

COMERCIAL Nº 3: No, hombre, no.  Esa está en la Tate.  Es un prodigio de arte genético... La gente se queda boquiabierta cuando ve al cultivo de Salmonella cambiar de tonalidades naranjas... Todo ello en la misma placa de Petri en la que la implantó hace más de diez años, y sin decaer en absoluto.  Es la máxima expresión del arte autótrofo.

HOMBRE SIN BRAZOS NI PIERNAS (cooperador): Maravilloso.

COMERCIAL Nº 3: Ahora Bracante está experimentando con un periodo que podríamos llamar cubista.  Evidentemente, no tenemos ninguna de sus obras en exposición, por razones de seguridad, pero puedo mostrarle algunos catálogos (Saca de un compartimento un folleto y va pasando hojas, ante el HOMBRE SIN BRAZOS NI PIERNAS): Vea, por ejemplo, esta Jirafa Cubista, todo planos y aristas, maravillosa y estrictamente vegetariana, o su Espada Pez, qué prodigio de linealidad...

            (Parece que el HOMBRE SIN BRAZOS NI PIERNAS va a decir algo, pero le interrumpe la llegada de un OPERARIO EN MONO AZUL que da vueltas a su alrededor, mirándole de arriba abajo y de abajo arriba, finalmente se para ante él, en seco)

OPERARIO EN MONO AZUL: Sí, es aquí, tiene que ser aquí (con un brusco movimiento descubre el hombro izquierdo del HOMBRE SIN BRAZOS NI PIERNAS). Efectivamente (Mira su reloj).  Ha terminado el periodo de alquiler.  ¿Piensa renovarlo?

HOMBRE SIN BRAZOS NI PIERNAS (desconcertado): ¿Renovar qué?

OPERARIO EN MONO AZUL: El periodo de alquiler (el HOMBRE SIN BRAZOS NI PIERNAS  le mira desconcertado).  Bueno, será mejor que me acompañe.

            (El HOMBRE SIN BRAZOS NI PIERNAS, sumiso, hace un gesto de despedida al COMERCIAL Nº 3 y se dirige hacia la salida con el OPERARIO EN MONO AZUL.  Salen).

Escena 4

(Bullicio.  Mucha luz.  Paseantes.  A lo lejos se oyen de cuando en cuando gangosos altavoces.  El suelo está muy pulido, pero los paseantes no resbalan, tal vez porque caminan lentamente.  Paneles multicolores.  Stands.  Aparece en escena un HOMBRE QUE ES SOLO CABEZA. Va rodando con expresión feliz y curiosa, al mismo tiempo.  Se dirige ora a un stand, ora a otro, como si buscara algo.  De pronto se para en seco, mira al frente y rueda firme y seguro hasta un pequeño stand decorado con una gran letra i, en el cual se ve, tras un estrecho mostrador, a una sonriente AZAFATA).

HOMBRE QUE ES SOLO CABEZA: ¿Información?

AZAFATA: Sí, señor, ¿en qué puedo ayudarle?

HOMBRE QUE ES SOLO CABEZA: Verá, señorita, por mucho que estemos en la Bienal de Biotecnología de Hannover, me llama la atención que todos Uds se hayan colocado esa especie de pedestal articulado.

AZAFATA: ¿Se refiere Ud a nuestros cuerpos?

HOMBRE QUE ES SOLO CABEZA: ¿Cuer-pos? (se carcajea).  Sorprendente, sorprendente.  Irracional, por otra parte... Fatuidad... ¿Necesita acaso la razón, el entendimiento, tales excrecencias materiales?  Vea aquella criatura, todo corporeidad superflua, señalando hacia aquí con esa prolongación... ¿No es ridículo?

NIÑO (señalando al HOMBRE QUE ES SOLO CABEZA): Papá, ese señor sólo tiene cabeza.

PADRE: Sssst!

HOMBRE QUE ES SOLO CABEZA: Grotesco.

            (El HOMBRE QUE ES SOLO CABEZA se dirige hacia una zona presidida por una gran pancarta que reza D4. Mira a distancia varios stands y al final se detiene ante uno de ellos).

COMERCIAL Nº 4 (Mirando hacia el suelo, al HOMBRE QUE ES SOLO CABEZA): ¿En qué puedo servirle, caballero?

HOMBRE QUE ES SOLO CABEZA: Estaba mirando un poquito qué tienen Uds.

COMERCIAL Nº 4 (con entusiasmo de vendedor y de carrerilla): Bioguerra, amigo mío, bioguerra, la innovación total en el arte bélico, y todo con absoluto respeto a la vida, créame.

HOMBRE QUE ES SOLO CABEZA (sorprendido): ¡Cómo! ¿Quiere Ud convencerme de que una guerra puede ser respetuosa con la vida?

COMERCIAL Nº4: Nuestra empresa trabaja para ello.  Hemos desterrado los medios más convencionales, incluso los iniciales rudimentos, condenados hoy por inmorables, de la Bioguerra.  Me refiero a la infausta guerra bacteriológica, que era, como sabrá, el sembrado de perniciosos microorganismos, o de sus toxinas, entre las filas del enemigo o en su retaguardia civil.  Era indigno, créame.  Nosotros nunca hemos trabajado con ese género.  Es absolutamente inmoral.

HOMBRE QUE ES SOLO CABEZA: ¿Y qué fabrican, entonces?

COMERCIAL Nº 4 (Entusiasmándose por momentos, a medida que explica sus productos).  Lo esencial para la paz no es ya preparar la guerra, sino hacer que el enemigo no tenga ganas de iniciarla o de sostenerla.  Lo primero es difícil, porque el enemigo, como enemigo que es, es malvado, pérfido, malintencionado, y no hace otra cosa que pensar cómo hacernos la guerra, cómo atacarnos y perjudicarnos.  Así que lo que habrá que hacer es quitarle las ganas de sostener su empeño belicista y agresivo.

HOMBRE QUE ES SOLO CABEZA: Interesante, ¿cómo lo hacen?

COMERCIAL Nº 4 (extrae unos folletos y va mostrándolos al HOMBRE QUE ES SOLO CABEZA): La respuesta está en la guerra hormonal, en el sexo.  Hemos desarrollado aerosoles con hormonas y feromonas, los SexarolesÒ, que desencadenan incoerciblemente conductas sexuales.  El enemigo no puede atacar si está entretenido con este tipo de actos, en dar rienda suelta al sexo.

HOMBRE QUE ES SOLO CABEZA: ¿Se-xo?

COMERCIAL Nº 4: Pero, claro, podría suceder que en su impulso sexual nos atacaran para saciar el hambre que hemos provocado en ellos con nuestros SexarolesÒ.  Eso provocaría una mayor agresividad en ellos... Así que la solución son los SexbombersÒ, unos bombarderos que riegan de SexarolesÒ la retaguardia enemiga.  El golpe es brutal para la moral del enemigo, cuyos soldados han de estar en el frente mientras en retaguardia toda la población civil está gozando del desenfreno provocado por nuestros SexarolesÒ.  ¿Sabe Ud lo que significa estar en la trinchera, sometido a la urgencia sexual desencadenada por nuestros SexarolesÒ, y limitado en su satisfacción por la espartana vida militar?  ¿Se imagina lo que ha de sentir un soldado enemigo cuando además nuestros servicios de propaganda les sirven imágenes y sonidos de la bacanal que tiene lugar en su propia ciudad, donde su esposa, o su marido se están en ese momento entregando a todo tipo de pasiones?

HOMBRE QUE ES SOLO CABEZA (captando el sentido de la idea): Tiene que joder mucho, ¿no?.

COMERCIAL Nº 4: Ud lo ha dicho, Ud lo ha dicho.  Y así baja la moral en las filas enemigas, sobrevienen los motines y ganamos la guerra.

            (Cuando el HOMBRE QUE ES SOLO CABEZA va a decir algo, le interrumpe la llegada de un OPERARIO EN MONO AZUL que da vueltas a su alrededor, mirándole de arriba abajo y de abajo arriba, finalmente se para ante él, en seco)

OPERARIO EN MONO AZUL: Sí, es aquí, tiene que ser aquí (hurga entre el pelo del HOMBRE QUE ES SOLO CABEZA). Efectivamente (Mira su reloj).  Ha terminado el periodo de alquiler.  ¿Piensa renovarlo?

HOMBRE QUE ES SOLO CABEZA (desconcertado): ¿Renovar qué?

OPERARIO EN MONO AZUL: El periodo de alquiler (el HOMBRE SIN BRAZOS NI PIERNAS  le mira angustiado).  Bueno, será mejor que me acompañe.

HOMBRE QUE ES SOLO CABEZA (desconcertado): Acompañar, ¿a dónde? 

OPERARIO EN MONO AZUL: A devolver esta cabeza, naturalmente.

HOMBRE QUE ES SOLO CABEZA (angustiado): ¿Quiere decir que he de devolverme?  ¿Qué será entonces de mí? (El OPERARIO EN MONO AZUL se encoge de hombros).  Pero, hombre, alguien habrá hecho la gestión, ¿no?  Alguien habrá alquilado, como dice Ud, esta cabeza que soy yo (El OPERARIO EN MONO AZUL mira en unos papeles que extrae del bolsillo de pecho de su mono y los revisa, deslizando el dedo por lo que parece un listado de clientes.  A medida que va pasando las hojas va meneando la cabeza haciendo un claro gesto de que no hay nada en ese sentido, mientras el HOMBRE QUE ES SOLO CABEZA mira lleno de preocupación.)

OPERARIO EN MONO AZUL: Nada, no tengo nada.  Lo único que está claro es que su cabeza ha sido alquilada por un periodo de tres horas, que han pasado ya, y la tiene que devolver.

HOMBRE QUE ES SOLO CABEZA (aansioso, pero al mismo tiempo intentando ser elocuente): Un momento, un momento.  Si nadie ha alquilado esta cabeza que soy yo, tal vez eso quiere decir que he sido creado, que hay un Alguien que ha creado mi ser, que lo ha animado, que lo ha dotado de entendimiento y razón, que ha hecho que pueda hablar con Uds, que pueda sentir querencia por la vida y angustia ante la inmediatez del momento en que ha de llevárseme Ud.  O tal vez algo hay que anima mi ser, un alma, un ánima, puesto que de alguna manera hubo de ponerse en marcha (El OPERARIO EN MONO AZUL mira su reloj) este proceso.  Amigo mío, ¡debe Ud concederme una prórroga!  ¡Es la mejor oportunidad que puede encontrar la Humanidad para resolver dudas y angustias filosóficas y morales que la han angustiado durante milenios!  ¡Déjeme seguir con esta cabeza que soy yo!  ¡Encontraremos tal vez un Alma, o un Alguien que dé respuesta a este enigma!  ¡Déjeme vivir!

            (El OPERARIO EN MONO AZUL recoge al HOMBRE QUE ES SOLO CABEZA DEL SUELO, quien deja de hablar en ese mismo momento.  Se lo encaja debajo del brazo y sale, haciendo un gesto de despedida al COMERCIAL Nº 4)

Escena Nº 5

(Bullicio.  Mucha luz.  Paseantes.  A lo lejos se oyen de cuando en cuando gangosos altavoces.  El suelo está muy pulido, pero los paseantes no resbalan, tal vez porque caminan lentamente.  Paneles multicolores.  Stands.  Aparece en escena el NIÑO, que va haciendo prospecciones digitales en su nariz mientras camina con su PADRE.  De pronto se detiene).

NIÑO: Papá, mira, ha pasado algo por ahí, no sé qué.

PADRE: Sssst!

©Txori-Herri Medical Association, 1997-2001


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